POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa
El 21 de marzo, 150 líderes cristianos, judíos y musulmanes de Tierra Santa y otros lugares del mundo pidieron al máximo líder de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, el Patriarca Kirill, que haga todo lo posible para detener la guerra en Ucrania.
El encuentro se realizó frente a la iglesia ortodoxa rusa dedicada a la Santísima Trinidad, ubicada en el llamado “complejo ruso” de Jerusalén, señaló la agencia vaticana Fides.
Este complejo es un antiguo barrio construido fuera de la Ciudad Vieja entre 1860 y 1890 para acoger a los cristianos ortodoxos rusos en peregrinación. Hoy en día los edificios son usados por las instituciones gubernamentales de Israel.
La iniciativa fue organizada por el Centro Interreligioso para el Desarrollo Sostenible (Interfaith Center for Sustainable Development, ICSD) y el Instituto Interreligioso Elijah (Interfaith Institute Elijah).
Entre los participantes del evento destacan el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa; el presidente de la Comisión de Diálogo con la Santa Sede del Gran Rabinato de Israel, rabino Rasson Arousi; el jeque Hassan Abu Galion, de Rahat; el rabino David Rosen; el arzobispo greco-melquita católico de Jerusalén, Yasser Ayyash; y el obispo anglicano emérito Suheil Dawani.
Durante el encuentro, algunos de los líderes pronunciaron breves discursos para expresar su tristeza “por el derramamiento de sangre y el dolor inocente causado por la guerra”.
“La vida que Dios nos ha dado es algo santo. […] Vemos en el asesinato de estas personas el asesinato mismo de Jesucristo”, dijo el representante de Sheikh Mowafaq Tarif, líder espiritual de los drusos en Israel.
“Debemos unir nuestras voces para que los líderes del mundo despierten y pongan fin a esta guerra y estas masacres”, agregó.
Asimismo, el rabino Alon Goshen Gottstein pidió a Dios que sostenga la fe de los rusos y ucranianos, así como de la Iglesia.
Al finalizar el encuentro, se colocó en los muros de la iglesia ortodoxa rusa una carta dirigida al Patriarca ruso Kirill y firmada por los 150 líderes religiosos.
El objetivo de este gesto simbólico es pedirle su intervención para restaurar la paz en Ucrania y acabar con el sufrimiento, la destrucción y las muertes causadas desde que Rusia invadió el país el 24 de febrero.
Según la ONU, hasta el 21 de marzo, los enfrentamientos militares han dejado 2.421 bajas civiles, con 925 muertos, “cifras que probablemente sean mucho más altas”.
Uno de los ataques más impactantes ocurrió el 19 de marzo, cuando un bombardeo en Mariupol destruyó una escuela de arte que albergaba a unas 400 personas.
El llamado de los líderes religiosos de Tierra Santa se suma al del Papa Francisco, quien el 16 de marzo se reunió virtualmente con el Patriarca ortodoxo ruso Kirill, para conversar sobre la guerra en Ucrania y el papel de los cristianos y sus pastores “para hacer todo lo posible para que prevalezca la paz”.
De igual modo, el 3 de marzo, el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, Mons. Stanislaw Gądecki, envió una carta al Patriarca ruso Kirill en la que le pidió que haga un llamado al presidente de Rusia Vladimir Putin “para que detenga la guerra sin sentido contra el pueblo ucraniano”, pues afecta “no solo a los soldados sino también a los civiles, especialmente a las mujeres y los niños”.