Jalisco se considera uno de los principales estados en generar un mayor número de residuos sólidos urbanos, lo que lo ubica en el tercer lugar nacional con 8 mil 52 toneladas diarias, solamente después de Ciudad de México, que genera más de 15 mil toneladas y el Estado de México, con 12 mil.
A este problema se suman los residuos generados por la pandemia del COVID-19, los cuales no cuentan con el manejo adecuado y que en el caso de las mascarillas quirúrgicas, su degradación está estimada entre 300 y 400 años.
La Coordinadora de Investigación, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), doctora Verónica Livier Díaz, en rueda de prensa virtual, dijo que se siguen revolviendo los residuos sólidos urbanos junto con los utilizados para la protección del COVID-19.
“En relación con el COVID, se considera que estos residuos rondan las 81.2 y las 92.3 toneladas al día de residuos médicos y sólidos urbanos generados en los hogares; mucha gente utiliza cubrebocas de un solo uso, lo que también está incrementando el impacto ambiental y la generación de residuos”, señaló.
Livier Díaz explicó que se calcula que cada latinoamericano genera un kilo y medio de basura al día, y la región 541 mil toneladas, esto en 33 países evaluados; además de que 145 mil toneladas al día se destinan a los basureros, según datos de la ONU.
“Guadalajara es el municipio que más genera residuos con alrededor de mil 800 toneladas diarias. Las ciudades de America Latina y El Caribe están en constante aumento y se encuentran con una de las tasas más bajas en materia de reciclaje, alrededor de 90 por ciento de residuos que se generan acaban desaprovechándose y en vertederos a cielo abierto”, apuntó.
La académica agregó que las mayores dificultades se presentan al tratar de hacer una correcta disposición final, ya que se sigue considerando como medio de solución a los vertederos, aunque los estudios concluyen que son insostenibles e inadecuados.
La licenciada Jessica Alejandra Toledo Cervantes, egresada de la maestría en Políticas Públicas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), coincidió en que los residuos COVID como mascarillas, lentes, guantes y material para protegerse de la pandemia, están generando un costo ambiental bastante alto.
“Es necesario darle un tratamiento especial, ya que se les está dando tratamiento como residuo sólido urbano, lo que quiere decir que lo revolvemos con lo demás, y la generación de estos residuos es preocupante. Diferentes organizaciones y científicos se han dado a la tarea de evidenciar el impacto de la mascarilla quirúrgica, que tarda entre 300 y 400 años en degradarse, lo que aumenta años para que el planeta se recupere; los guantes de látex, 30 años y la mascarilla de algodón dos meses”, informó.
Ante la necesidad de protección, recomendó disminuir el uso de otros materiales como plástico; desarrollar la conciencia colectiva de comprar solamente lo que se necesita, usando bolsas reutilizables, lo que reduce la generación de residuos urbanos.
En cuando al desecho de cubrebocas y materiales de protección, indicó que al retirarse debe de doblarse hacia adentro, cortar los resortes, rociarlo con desinfectante y conservarlo en una bolsa por espacio de siete días antes de entregarlo al camión recolector.