«Respetamos completamente la soberanía de las entidades federativas, tanto en su Poder Ejecutivo, en este caso encabezado por la muy apreciada y respetada doctora Claudia Sheinbaum y, por el otro lado, entiendo que son los diputados locales, entonces también al Congreso de la Ciudad de México, puedo opinar al respecto.
Me parece que es una buena decisión por parte de la doctora o un buen posicionamiento por parte de la jefa de Gobierno en el sentido precisamente de lo que hemos comentado.
El cubrebocas es un instrumento importante, auxiliar en la prevención como lo acabamos de ver con Susana Distancia, quien lo usa, para interferir con la propagación del virus a partir de que se lo ponga la persona que puede propagarlo; pero todas las medidas de salud pública que hemos propuesto o implantando en el Gobierno de México, el gobierno federal hemos hecho énfasis en la importancia de no focalizarla sobre los individuos, que los individuos no sean los sujetos de la acción y esto por una larga historia en México de una procuración o impartición de justicia deficientes o inoportunas o limitadas y también una muy conocida y seguramente vergonzosa historia de violaciones de los derechos humanos que se han cometido al amparo de la fuerza pública.
Entonces, en un momento de mucha tensión, de mucha crispación, de mucha inquietud social, si uno agrega un componente de tensión que deriva de este carácter punitivo de las acciones de salud pública, se perturba el sistema, se vuelve difícil de regular en su justa dimensión y acaban siendo las personas en lo individual los que se les culpa del problema de salud colectivo.
Esto lo vemos mucho en el discurso, lo hemos dicho varias veces también, un discurso que pareciera estar anidado en el odio, en el enojo de ciertos sectores de la población que focalizan hacia el otro la responsabilidad.
Hay gente que se expresa en sus redes sociales pidiendo acciones de represión en contra de otras personas, porque les ven sin cubrebocas o porque hacen alguna acción que a su propio juicio les parece que pudiera estar afectando a la salud pública.
Por eso, en el acuerdo que estableció la Jornada Nacional de Sana Distancia pusimos una cláusula muy específica que deja en claro que toda medida de salud pública se debe hacer con absoluto respeto a los derechos humanos. Eso no necesitaría especificarse, porque hay suficientes leyes en México que lo establecen, pero para hacerlo explícito y dejarlo en claro.
Entonces en ese sentido es notorio cómo la doctora Sheinbaum, una mandataria estatal que ha tomado una enorme responsabilidad en sus manos y que a nuestro juicio ha tenido una conducción excelente de la epidemia en la Ciudad de México y que ha sido de quienes tempranamente incorporó ella misma y con una disposición para la ciudad el uso de cubrebocas, sin embargo, pone un límite claro cuando dice: ‘Sí, pero como una recomendación, no como una obligación’ y quiero suponer que es por razones semejantes a las que estoy comentando».