Nicte-Há Rico Sosa, coordinadora de Patrimonio Inmaterial y Fiestas Comunitarias de la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro (SecultQro), hizo saber que la idea de llevar a cabo una actividad enfocada a los 60 años de las calaveritas de azúcar en México dentro del Centro de las Artes de Querétaro (CEART), radica en preservar, cultivar y apoyar fiestas que dan tradición y forman parte de nuestra idiosincrasia, sobre todo en estas fechas que se enfocan a la honra de nuestros difuntos. SecultQro a través del área encabezada por su persona, en el marco del «Lunes de Cronistas», invitó al Mtro. Miguel Medellín, quien es historiador y columnista en Tolimán para que comentara sobre cómo se viven las fiestas del Día de Muertos en aquella demarcación.
Por otra parte, el Mtro. José Luis Mendoza, quien cuenta con seis décadas de experiencia en la realización de calaveritas de dulce, y se ha encargado de hacer que prevalezca esta costumbre de generación en generación, enseño cómo nació la idea de elaborar calaveritas. La amealcense Cinthia Camacho, mostró el proceso de hacer una calaverita de amaranto mediante el relato de un cuento.
Rico Sosa, destacó la participación de Yohana Rodríguez, autora del cuento «Eternamente Faustino», narrado por el Mtro. Luis Rabell. Y, para concluir su intervención, hizo resaltar que un propósito fundamental de este ejercicio fue congregar a familias para que vivan las tradiciones.
«Eternamente Faustino», en palabras de su creadora, versa sobre la historia de un señor que temía a la muerte, pero cuando fallece su esposa lo convierte en momia, y vive la eternidad mientras recorre varios lugares.
Yohana califica su obra literaria como «chistosa»; toda vez que, generalmente da miedo hablar de la muerte y buscamos ser eternos, vivir recordados. Y; Faustino, quien anhelaba perdurar eternamente, logra en cierta forma su meta al convertirse en momia. Pese a que en vida no fue tan importante como después de morir, ayudaba en determinada manera a no tener miedo a la muerte cuando elaboraba ataúdes, pero la posteridad se presentó en el momento de momificarse.
Este relato va encaminando a generar diversión de principio a fin. El divertimento es una atribución inherente al cuento, no aburre, frecuentemente provoca risa, tanto por sus personajes como por los comentarios emanados de ellos, atrapa la mente y no la suelta hasta que concluye, invita a querer más.
Para concluir; Yohana, precisó que tiene una colección de muñecos de arte popular mexicano que recibe el nombre de «Cayetano de las ánimas»; y, ha tratado de generar historias relacionadas a todos los habitantes de ese pueblo. Faustino y su esposa Serafina, integran esa serie.
Cynthia Camacho, utiliza amaranto orgánico, cultivado en las comunidades de Amealco por una asociación llamada «Tierra de Amaranto», encauzada a brindar asesoría a comunidades indígenas de la demarcación citada al inicio. Este amaranto es libre de pesticidas y propio de la tierra queretana. Durante la sesión, fueron decoradas calaveritas de amaranto, piloncillo y chocolate. Cynthia hizo resaltar que aprendió en casa la elaboración de estas artesanías; toda vez que, su madre ya desarrollaba las técnicas vinculadas a este quehacer artesanal.
Con el firme objetivo de mantener la tradición oral, relataron cuentos y leyendas mientras desarrollaban la actividad, durante el ejercicio utilizaron un kamishibai para exhibir algunas imágenes de las historias contadas, entre ellas «La llorona», «De vuelta a casa» y «La Leyenda de la flor de Cempaxúchitl». Cynthia y Natalia, trabajan en una sala de lectura ubicada en la calle de Allende Sur #20 Col. Centro; «Jardín de la palabra», donde cuentan cuentos y enriquecen su labor con manualidades.
